El domingo de resurrección se lleva a cabo una fiesta única. Cuenta la tradición que durante las semanas anteriores los jóvenes del municipio se dedican a ''robar'' macetas y plantada a los vecinos,manteniéndose a buen recaudo hasta la víspera de la fiesta y durante la noche convierten la plaza en una copia del Huerto de
los olivos,transformando la plaza en un escenario lleno de colorido.
Esta tradición data de tiempo inmemorial pero cada año se repite sin falta, pasando de generación en generación.
Su disfrute es efímero pues tras la procesión de El Resucitado, que cabalga sobre las 12:00 am los habitantes del municipio recuperan sus papanatas y la plaza vuelve a su estado original, en el que permanecerá hasta el año siguiente.